DIGNIDAD

viernes, 25 de octubre de 2013

BEATUS ILLE


A Holy Trinity

Hacía tiempo que no sabía de Mateo. El otro día me lo encontré y lo noté circunspecto, incluso triste. Me dijo que sí, y que era a causa de que alguien a quien amaba mucho había llorado amargamente porque el papa, el jefe del Vaticano, le había decepcionado. Es decir, esa persona que lloraba se había hecho ilusiones con las cosas que había ido diciendo este hombre desde que tomó posesión de su trono, y sintió en algún momento que había sido una estafa. O un fraude, una mentira.

¿Por qué, o cuándo, en concreto? Eso lo pregunté yo. Y él me pidió que no nombrara la persona de quien hablara, pues sabe que cuento lo suyo y lo mío, y me lo dijo. Es alguien que siempre ha sido cristiano, creyente y practicante aunque crítico, que jamás votó más a la derecha del PSOE, que siempre confió en el diálogo porque confiaba en las personas y, ahora, hasta en el jefe de la Curia Romana y sus dicasterios. Pues bien, cuando le oyó aplaudir la pantomima que se montaron en Tarragona hace unos días para beatificar, es decir, homenajear en resumen, a un grupo "exclusivo" de 522 asesinados –o sea, excluyendo de sus admiraciones a los demás-, se le vino el chambao abajo, porque esa persona sabe de casos, le son muy cercanos, que fueron defenestrados por la rebelión, por el golpe de estado del año 36; que fueron perseguidos por la represión posterior y humillados por los capitostes y no tan capitostes del club, la iglesia que encabeza este señor, y a pesar de todo siguieron siendo cristianos y acudiendo a los oficios, al teatro que representan periódicamente en sus, casi siempre, opulentos templos. Lloraba por esos a los que se les roba la dignidad, a los que se humilló y sigue humillando con el pretendido olvido histórico, extendido o ampliado en ese acto mencionado al elevar a estos “sus mártires” sobre los demás hombres.

Siempre me deja pensativo este Mateo. Cuando volví a mi casa, me quedé mirando a mi mujer, porque me acordaba de que su padre, con apenas cinco años, se quedó sin el suyo pues que lo habían asesinado los dementes aquellos que iban con camisas azules, en agosto de 1936, porque estaba afiliado a UGT y al PSOE, sólo por eso. Los demás “requisitos oficiales”, como ser buena y honrada persona, ayudar a sus semejantes y acudir a misa, tanto él como su mujer, los abuelos de Mariajosé, los cumplían. Y otros muchos más en el terreno de la convivencia pacífica y en libertad e igualdad. Pero de verdad, de corazón, que es sabido en su pueblo, en Sádaba. Y, además, eran creyentes, como las personas de las que me ha hablado Mateo, cumplían los preceptos de la Santamadriglesia porque honradamente creían que había dios y que, además, era el que decía cómo habían de hacerse las cosas en el club. Ellos, los facinerosos que lo mataron –su mujer le sobrevivió apenas un año y pico más-, ni piedad ni caridad ni honradez… ni bondad tenían o manifestaban. Así que, sin ni siquiera saber dónde está el cadáver del padre, se crió mi suegro -que se llamaba como el papa ha decidido llamarse-, el pequeño de cuatro hermanos, saliendo adelante y no precisamente gracias a la merced ni a la humanidad del selecto club que ahora homenajea a los que considera suyos. Y recuerdo que mi suegra, a pesar de todo, a pesar de lo sufrido por ella y su marido, y de tampoco votar jamás más a la derecha del PSOE, no dejó de ir a misa ningún domingo ni fiesta de guardar.

Antes he dicho una palabra muy malagueña, chambao. Ahora digo una aragonesa, que también me ha surgido sin invocarla, por pura lógica o espontáneamente: paco. En aragonés, paco significa umbría, y la acepción que me ha venido inopinadamente es la de ladera sombría de una montaña. Que también es eso paco. El papa Paco, a la persona que impresionó a Mateo con su llanto, le ha demostrado, desde lo de Tarragona, ese lado suyo, esa ladera, la umbría. Ahora, quizá, podría hacer panegíricos y beatificar a Videla y sus otros paisanos. Y aún me viene a la cabeza que la Iglesia Católica parece que tuvo que ver con ETA, no sé si la facción de los jesuitas, cuadrillica a la que creo es afín el papa Paco, la de los benedictinos o cuál. ¿Para cuándo beatificar, ya puestos, a todos ellos, papa Paco?



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