DIGNIDAD

viernes, 20 de mayo de 2011

SE VEÍA VENIR


Ya hace unos años, desde 2004 puede decirse, que voy tomando decisiones de mucho fuste. Todas las que tomamos son decisivas, claro es, pero no se me negará que las hay de especial trascendencia por motivos diversos, qué sé yo, en mi caso hablo de cambiar mi vida varias veces y drásticamente, al venirme de Málaga, al casarme, etc. Ahora, ambos dos –mi señora y yo- estamos en un trance expectante, hoy, que es cuando acaba la campaña electoral, por cuanto el domingo nuestra vida pudiera tomar un rumbo que hace dos meses ni hubiéramos pensado.
Hace unos días se empezó a manifestar por las redes –o por la red, qué sé yo acerca de esto-, a la manera característica de ese medio, la desilusión, el desencanto del personal con este tipo de sociedad –la llamada occidental, grosso modo-, culminando en la convocatoria a las concentraciones del día de San Isidro.
Parece haberse trocado ese ambiente de descontento y desesperanza por un atisbo de ilusión. Quizá sea sentir la comunión con muchos otros lo que haya propiciado ese cambio. Reivindican muchas cosas con las que estoy en completo acuerdo. Por ejemplo, podrían recogerse firmas para cambiar la ley electoral, ya que hemos de aguantar este sistema, para que sea justa por proporcionalmente representativa –ya lo he dicho en alguna ocasión en este blog-.
Por ahí hay gente que, de muy buena fe y con cabecicas bien amuebladas, estoy seguro, hablan acerca de este fenómeno o acontecimiento. Al final pondré enlaces a algunos de los que he leído, pero al final, que, si los pongo ahora, el personal se me distraerá pinchándolos.
Hay muchas cosas que se me ocurren, pensando en todo esto. Considero admirable el autocontrol demostrado. Es decir, siendo tantos, no ha aparecido la violencia. Durante todo el tiempo que ha servido para gestar este alumbramiento, la cosa ha ido madurando. El personal ha ido hartándose de aguantar mangoneos e impunidad. Y opresión. Yo creía que estaban apretando mucho los tornillos los apretadores de tornillos. Demasiado. Que estaban achuchando hasta arrinconar. Y es bien sabido que, cuando no se deja salida, el acorralado sólo tiene dos opciones, una de ellas, la rebelde, en muchas ocasiones es violenta. Sin embargo, al modo de Ghandi, el personal ha decidido ser pacífico en la manera de ser rebelde. Así pues, también eso lo aplaudo, pues demuestran inteligencia, entre otras cosas.
La organización de todo y de todos me desconcierta: no sé cómo se ha hecho. No por ello se me ocurre sospechar que haya manipulación detrás. O quién sabe qué fantasmas, como algunos piensan. Por cierto, me acabo de acordar, al hilo de esto, de alguien que tiene en la cabeza una fijación fantasmagórica de ese jaez: aquí al lado, en Ejea, nuevamente se ha podido oír al mequetrefe ése que fue ministro del Interior decir las barbaridades que suele. Aun siendo él desacertadico, sus correligionarios son más responsables pues que aparentan estar en sus cabales. Y, si realmente quisieran jugar con las reglas de una democracia de verdad, una vez dicha la primera impertinencia-tontada-injuria por ese pobre hombre, le habrían impedido decir más. Pero no es el caso ni puede serlo, dado que no es la democracia su fuerte ni tan siquiera lo que quieren, salvo para aprovecharse de ella, como es evidente. Y, por cierto, hablando de quien todas las estupideces aludidas antes profiere, se podía haber hecho algo bueno por él, estando tan cerca de Sádaba: creo que hubiera sido pertinente haber aprovechado y haberlo depositado al lado del pantano de Valdelafuén.
Pero, en fin, todo ello, siendo la misma historia, es otra historia.
Hay quien dice por ahí que el movimiento que se me ocurre llamar “Toma la calle” es contrario al sistema. Y simplemente es mentira: si dicen que quieren que se vote, si dicen que quieren cambiar la ley electoral, es que están de acuerdo en seguir con este sistema. Modificándolo, pero nada más. He oído, sin embargo, a alguno de los que se han apuntado al carro, decir lo contrario. Y, por cierto, tampoco creo que sea grave o descabellado no estar de acuerdo con este sistema ni que que así se esté implique ser ogros viles y violentos o sádicos cuyo comportamiento propenda la sevicia.
Me gusta que haya movimientos de este tipo. Y me gusta que, de momento y según parece, no se hayan dejado manipular. Aunque hay frikis –que sé de alguno de los que están en Zaragoza que lo son y mucho- que se apuntan esnobmente –se me valga el palabro-; aunque no me guste el modo en que, según he oído en la radio a ellos mismos decir, se lleva la intendencia –hay carencias de autogestión o sobras de abuso, según se mire-; aunque haya quienes se van a aprovechar, sin duda, y encima casi ni son nada –y, mal que me pese, se demuestra que, en realidad, nunca lo han sido-, a pesar de todo eso, me gusta, me ilusiona y confirma mis “historias” en cuanto a que no hay que perder la alegría y las ganas de arrimar el hombro para con el hombre.
Aburriría si siguiera hablando todo lo que quiero, así que guardaré para otra entrada algo. Ahora sólo diré que he tenido conocimiento de que la Junta Electoral Central ha decidido –creo que es otro el verbo a usar, dictaminar o sentenciar o algo así, pero yo no entiendo de leyes ni de ese argot- que han de levantar el campamento las gentes que estaban acampadas haciendo ver esa iniciativa de la que voy hablando todo el rato, los Indignados. Y que un grupo político ha interpuesto una protesta por ello –no sé si ha de decirse querella o recurso- en un juzgado… ah, sí, ante el Tribunal Supremo, a las 13:56. Pensando estas cosas ante el teclado, he oído ahí abajo en la calle una conversación. Una señora empujaba un cochecico de crío donde iba un crío, y se han cruzado con una mujer. Ésta, mirando al rorro, le espeta a buen volumen: “¿Ande vas pues, amante?” El crío movía las piernas muy contento y contesta la otra: “Dile: a merendar” “¿A merendar con la yaya?” “Dile: sí” “¿Y el yayo, andestá pues el yayo?” “Dile: al campo” “¿Al alfalceee?” “Dile…” En fin, así hablan muchas veces las gentes. Nunca lo hice yo con mis hijos –Roberto cumplió 29 años el recientemente pasado día de San Pascual Bailón, o sea, que ya hace tiempo de lo que digo que no hice- pues nunca me ha gustado esa manera. Y son críos a los que suplantamos y que en muchos casos podrían contestar. El movimiento del que hablo, aun siendo joven, creo que tiene suficientes recursos como para que ahora se venga manifestando como valedor de sus derechos una formación que, como digo, pudiera hasta salir beneficiada con su existencia –también es cierto que bastante perjudicada ha sido hasta la presente, aparte de por sus dirigentes, por las leyes democráticas no justas ni igualitarias o igualizadoras, que no sé cómo estará mejor dicho, si es que lo está de alguna de las dos maneras-.
Los enlaces:

No hay comentarios: