Sergio me dijo gandul el otro día. Igual tiene
razón.
Es que se me han ido las ganas de dar
consejos a Brey y a esa jarcia, a lo mejor es por eso por lo que no escribo. Es
que se me han ido las ganas de escribir, o casi todas.
Hace poco hemos fundado unos cuantos una colla
a la que hemos dado el nombre de “CRIOS del Capitalismo” (Cuadrilla Rebelde Inteligente Opuesta a la Sevicia del
Capitalismo) y que, por el momento, la actividad que nos hemos propuesto y ya
vamos llevando a cabo es, en las entidades bancarias en las que percibimos
nóminas y pensiones, quitar todas las domiciliaciones –salvo, y porque creemos
que es imposible, la percepción de los emolumentos que acabo de mencionar-. Nos
hemos organizado y vamos pagando a cada sitio lo que debemos: los alquileres, a
los dueños de las viviendas, el agua, el seguro, etc, a las sedes respectivas
de esos acreedores. En fin, que, en cuanto cobramos nuestros salarios, sacamos
excepto un euro todos los dineros y nos los administramos nosotros.
Y tenemos pensado también, respecto a los
servicios sanitarios, un plan de emergencia previsor: vamos a ir yendo a
nuestros médicos para solicitarles recetas con las que obtener medicamentos que
guardaremos en unas fresqueras ad hoc, para ir usándolos cuando nos vayan
siendo precisos. Y ello previendo el Repago en la Sanidad –y previniéndonos
ante él, claro- para cuando nos llegue, para cuando nos lo impongan los Brey,
Luis el del Lehman Brothers, el sabio Yabaltoro (o Toroyama), la Hermana
Ayudante, Angelines la Teutona y, en fin, los agudos del mundo mercantil
mundial.
Para cuando ello suceda, ya vamos ensayando
nuestro comportamiento en cada consulta a la que tengamos que ir: iremos sin
una pela, insolventemente iremos. Y, cuando se empecinen en cobrarnos,
adelantaremos las ambas manos ofreciéndoselas para que nos pongan esposas y nos
metan en la cárcel. Tenemos pensado hacerlo muchos, pero muchos, muchos. No sabemos
qué tal se resolverá entonces el tema del retraso en la judicatura, pero eso es
otra historia.
No se me ocurre que sea tan grave, ante esta
mierda de sistema, ser anti sistema. Que es que, vamos, no se entiende que en
la prensa se use como un insulto ese calificativo: ése es un Antisistema, dicen…
y, por cierto, me ha venido al esmo un amigo que pretendió insultar a unas
amigas diciéndome que ésas son unas “eclépticas” –así, con pe, no con ce- y
cuando Les Luthiers hablan de alguien, pretendiendo denostarlo, diciendo de él
que es “un individuo”.
Ambos dos recuerdos me han venido al esmo hoy, día en el que conmemoramos el advenimiento de la Segunda República,
ambos dos. Qué cosas tenemos.
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