DIGNIDAD

jueves, 4 de noviembre de 2010

OTOÑO YA

Cuando andábamos por Oporto, casi nada más “subir” la entrada anterior, murió José Antonio Labordeta. A partir de entonces se me han venido encima unos acontecimientos very jodidos. Cosas que deseo sólo a mi peor enemigo… bueno, y al mejor, con tal de ser enemigo. Que he estado bloqueado, impedido para esto de escribir aquí, vamos.

Empero, como siempre pasa, que es como debe ser, las cosas, tras realizar su función, en este caso, enseñar, van al lugar que les corresponde. Y la vida de cada cual continúa. En ésas estoy.

En cuanto a Oporto os diré que me encantó. No es de una monumentalidad que extasíe, tampoco es eso lo que voy buscando, aunque tiene sus cosas. Mencionaré sólo tres de sus emblemas: la Librería Lello e Irmao, el Café Majestic y el Mercado de Bolhao. Pero no me gusta dejarme otras, como la estación de San Bento, la Casa da Musica… Creo que, si queréis acercaros, puede seros de utilidad la siguiente web. También podéis preguntarme alguna cosilla, que, si la sé, con sumo gusto os contestaré.

Yo me voy a otra cosa. En cuanto a lo físico de la ciudad, lo que atrae es verla en conjunto. Ver o Douro que la separa de Vila Nova de Gaia, a la que la unen varios puentes, el más espectacular de ellos, quizá, pueda ser el de Luis I; verla desde allí, desde Vila Nova. Pasearla en un bus-terraza puede ser una buena opción: una vez la oteáis desde arriba, decidís en qué entreteneros más. En fin, como digo, estas cosas creo que vienen muy bien explicadas en la web que os recomiendo y en guías y demás. Dicen que es suficiente con tres días, para verla. Yo volveré. Porque, gustándome ciertas cosas que ya he nombrado, pareciéndome curiosas muchas, con lo que me quedo es con la gente. ¿Os podéis imaginar un sitio en el que hablas con muchísimas personas, todas esmerándose en hablar tu lengua, porque además la conocen y tú, en cambio, no tienes apenas idea de la suya, y sólo una no es amable? Es Oporto. Hablamos con gentes de todo jaez y sólo hubo una persona –no tomará olbrán, seguramente-, precisamente empleada en un puesto de información, que no lo fue, que no fue lo encantadora que es el resto de su vecindad. Es la gente más agradable y encantadora que he visto nunca. Pero no es servil aquel personal. Servicial, sí, pero servil no. Tampoco es pesado o empalagoso.

Me pegaría allí una temporadica buena. A pesar de que el centro, más que decadente, está decrépito, mugriento en algunos sitios. Se come mucho, se ha de pedir media ración, y te empapuzas, aún así. Pero no se engorda: si Tauste tiene cuestas, aquello ni te digo. Aquello es para patearlo, para pasear mirando todo, sobre todo, mirando a las personas y hablando con ellas.

No quiero alargar más esto. Me hace duelo, pero no quiero cansar. Así que acabaré con dos cosillas –que no tienen que ver, creo, con Oporto-:

La primera es que me he quedado escandalizado al saber que una candidata de los Republicanos estadounidenses ha ido haciendo campaña diciendo que la masturbación dentro del matrimonio es infidelidad… son raros, aquellos.

La otra, que me he quedado encantado al tener noticia de que se ha dado un paso muy importante para poder conocer y tener certezas acerca de la historia de Tauste, gracias al descubrimiento de ١لمقبرة (el cementerio, en árabe) en la calle Obispo Conget. Y tiene mucho que ver en ello el convencimiento y el tesón demostrados por Jaime Carbonel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra saber que estás bien.
Ya sabes, hay que tirar p'alante.