DIGNIDAD

martes, 30 de junio de 2009

LA ATREVIDA IGNORANCIA O LOS ATREVIDOS IGNORANTES






Vemos en la foto dos jirafas. Una de ellas es hija de la otra, sin embargo, la otra no es la madre de la una. ¿Cómo puede ser eso?

Hay muchos, pero muchos, que se atreven con todo. Bien oídos tenemos últimamente los disparates que tanto, y tan bien, han comentado Pérez-Reverte, Marías y otros muchos que saben de esto: alumnos y alumnas, compañeros y compañeras, etc. En fin, artificios del discurso que lo hacen, además de larguísimo, farragoso, aburrido e indigesto. Como ellos lo han criticado, argumentando con sapiencia suficiente, y donosura y agilidad sobradamente entretenidas, por algo son miembros de la Real Academia de la Lengua (de la que Ana María Matute es miembra), yo no voy a repetir el asunto.

Hoy voy a otra cosa: he oído que alguien “ha sido detenido como presunto autor de un presunto delito de presuntos malos tratos”. ¡Qué manera de meter la pata! Y no creáis ni que es broma, ni que es lo único, que hace unos veinte días oí a una locutora decir, tras mucho decir, “... el presunto... individuo.” Y ahí remató la perorata. Es decir, entre presunto e individuo se quedó parada, se ve que no estaba muy segura de qué seguía, así que, quizá por olvido, tras la breve pausa, soltó lo de individuo. No creo que sea preciso que os jure que ambas citas son reales, pues todos los días oímos hablar de esa guisa. ¿Tan difícil es decir, en el primer caso, "ha sido detenido como presunto autor de un delito de malos tratos"? Aunque me reviente oír tantas veces el participio presunto, cabalmente sustituible por sospechoso, lo soportaría en esa frase. Y como la he escrito sería correcta, pues los malos tratos son delito del tirón, no presuntamente. Si después resulta que la persona se ha dado un zarrapotazo accidentalmente, pongamos por ejemplo, se informa de que el detenido no maltrató a nadie y santas pascuas. Les ha dado a algunos periodistas por usar terminología que no dominan, que es propia de ciertos argots, y se lucen (porque, anda, que si observamos cómo se las gastan cuando pretenden informar de cosas médicas o sanitarias, lo menos malo que dicen es vena aorta, cuando hasta mi hija pequeña sabe que la aorta ha sido arteria toda la vida... pero eso es otra historia). Y no me vale que digan que no son abogados o médicos: deben informarse antes de informar erróneamente. Y usar términos que comprendan ellos y comprendamos los demás.

Y aún se me ocurre algo más (¡hay que ver, qué ignorante!). Supongamos que alguien cometió un crimen el 9 de abril de 1988 y no se ha descubierto. Vamos, que ni se sabe que ese crimen ha existido. ¿Es culpable? Se muere y deja escrito que cometió ese crimen en esa fecha. ¿Es culpable, puesto que se ha demostrado que no es inocente? ¿Lo es aunque el delito haya prescrito? A mí me parece que eso que se dice que todiós es inocente mientras no se demuestre que es culpable, no es del todo correcto. El culpable no lo es mientras no se demuestre, ante la sociedad o ante la ley, que viene a ser parecido, pero la culpa de lo cometido la tiene desde que lo cometió, qué leches. Y, si ha cometido un delito sin enterarse, ¿es culpable? Jo, es que esto del adverbio mientras... Me parece que voy a invocar a Emeesecé, el insigne académico de la R.A.T.A. que vela por el buen uso del taustanés, para que me saque de este atolladero lingüístico en el que me he metido.


Porque equivocarnos, nos equivocamos todos: hasta los jirafos, como podéis ver.

1 comentario:

miguelgato dijo...

El jirafo no se equivoca, que vaaa..., es la mula ques mu puta.