DIGNIDAD

jueves, 11 de septiembre de 2014

DIFÍCIL DIGESTIÓN

Curiosas cosas, nada más

         Ayer, por fin, corríamos Mateo y yo. Mientras, me hablaba de hoy.

         Me dijo que llevaba tiempo caviloso por unas revelaciones que le había propinado, días atrás, un político, del que no me quiso dar más datos por ser conocido. Conoce gente de la política por todos sitios y de todos los “colores”. Gallegos, astures, cántabros, vascos, aragoneses, madrileños, extremeños, andaluces, murcianos… como para adivinar quién era aquél. Me parece que pudiera ser antropólogo, sociólogo o algo similar. A lo mejor así “reduzco el círculo” y doy con su identidad.

         Añadía que esta persona sabía que muchísimos de los catalanes que quieren manifestarse votando el día 9 de noviembre, lo que pretenden realmente es mostrarse desafiantes ante quienes aparentan percibir como “los otros”, los demás españoles, contando con que la consulta no tiene valor, realmente, salvo el testimonial. Sería distinto, dice, si el resultado fuera vinculante.

         Dice Mateo que decía que sería interesante que se diera forma a eso que llama el “chef” Junqueras “clamor popular”, es decir, que se procurara legalidad a un referéndum vinculante (eso sólo puede ser, al parecer, convocándolo para todos los que habitamos España). Dice saber que en ese caso cambiarían totalmente los votos de los catalanes, tanto los que se manifestaron el año pasado por las carreteras, como los que hogaño, en el tercer centenario de la toma por los borbones de Barcelona, forman la “uve” en esa preciosa ciudad. Que muchos se sorprenderían al observar que la respuesta sería claramente a favor de la independencia; pero claramente en contra, entre los catalanes. El clamor popular por la independencia catalana parece cierto, pero fuera de Cataluña. Los catalanes saben que para ellos sería una catástrofe pues, al pagar la orquesta de la verbena, el beneficio es menor.

         Concluía diciendo que Oriol no permanecería en esa república nueva. Viviría trabajando en la Universidad de Salamanca o en la de Zaragoza, en cualquiera de ellas tendría tajo.

         Mateo, lo había olvidado, también conoce políticos catalanes.

         Pero yo, hoy, conmemoro el chandrío contra Allende y los chilenos, hace 41 años.