DIGNIDAD

viernes, 25 de octubre de 2013

BEATUS ILLE


A Holy Trinity

Hacía tiempo que no sabía de Mateo. El otro día me lo encontré y lo noté circunspecto, incluso triste. Me dijo que sí, y que era a causa de que alguien a quien amaba mucho había llorado amargamente porque el papa, el jefe del Vaticano, le había decepcionado. Es decir, esa persona que lloraba se había hecho ilusiones con las cosas que había ido diciendo este hombre desde que tomó posesión de su trono, y sintió en algún momento que había sido una estafa. O un fraude, una mentira.

¿Por qué, o cuándo, en concreto? Eso lo pregunté yo. Y él me pidió que no nombrara la persona de quien hablara, pues sabe que cuento lo suyo y lo mío, y me lo dijo. Es alguien que siempre ha sido cristiano, creyente y practicante aunque crítico, que jamás votó más a la derecha del PSOE, que siempre confió en el diálogo porque confiaba en las personas y, ahora, hasta en el jefe de la Curia Romana y sus dicasterios. Pues bien, cuando le oyó aplaudir la pantomima que se montaron en Tarragona hace unos días para beatificar, es decir, homenajear en resumen, a un grupo "exclusivo" de 522 asesinados –o sea, excluyendo de sus admiraciones a los demás-, se le vino el chambao abajo, porque esa persona sabe de casos, le son muy cercanos, que fueron defenestrados por la rebelión, por el golpe de estado del año 36; que fueron perseguidos por la represión posterior y humillados por los capitostes y no tan capitostes del club, la iglesia que encabeza este señor, y a pesar de todo siguieron siendo cristianos y acudiendo a los oficios, al teatro que representan periódicamente en sus, casi siempre, opulentos templos. Lloraba por esos a los que se les roba la dignidad, a los que se humilló y sigue humillando con el pretendido olvido histórico, extendido o ampliado en ese acto mencionado al elevar a estos “sus mártires” sobre los demás hombres.

Siempre me deja pensativo este Mateo. Cuando volví a mi casa, me quedé mirando a mi mujer, porque me acordaba de que su padre, con apenas cinco años, se quedó sin el suyo pues que lo habían asesinado los dementes aquellos que iban con camisas azules, en agosto de 1936, porque estaba afiliado a UGT y al PSOE, sólo por eso. Los demás “requisitos oficiales”, como ser buena y honrada persona, ayudar a sus semejantes y acudir a misa, tanto él como su mujer, los abuelos de Mariajosé, los cumplían. Y otros muchos más en el terreno de la convivencia pacífica y en libertad e igualdad. Pero de verdad, de corazón, que es sabido en su pueblo, en Sádaba. Y, además, eran creyentes, como las personas de las que me ha hablado Mateo, cumplían los preceptos de la Santamadriglesia porque honradamente creían que había dios y que, además, era el que decía cómo habían de hacerse las cosas en el club. Ellos, los facinerosos que lo mataron –su mujer le sobrevivió apenas un año y pico más-, ni piedad ni caridad ni honradez… ni bondad tenían o manifestaban. Así que, sin ni siquiera saber dónde está el cadáver del padre, se crió mi suegro -que se llamaba como el papa ha decidido llamarse-, el pequeño de cuatro hermanos, saliendo adelante y no precisamente gracias a la merced ni a la humanidad del selecto club que ahora homenajea a los que considera suyos. Y recuerdo que mi suegra, a pesar de todo, a pesar de lo sufrido por ella y su marido, y de tampoco votar jamás más a la derecha del PSOE, no dejó de ir a misa ningún domingo ni fiesta de guardar.

Antes he dicho una palabra muy malagueña, chambao. Ahora digo una aragonesa, que también me ha surgido sin invocarla, por pura lógica o espontáneamente: paco. En aragonés, paco significa umbría, y la acepción que me ha venido inopinadamente es la de ladera sombría de una montaña. Que también es eso paco. El papa Paco, a la persona que impresionó a Mateo con su llanto, le ha demostrado, desde lo de Tarragona, ese lado suyo, esa ladera, la umbría. Ahora, quizá, podría hacer panegíricos y beatificar a Videla y sus otros paisanos. Y aún me viene a la cabeza que la Iglesia Católica parece que tuvo que ver con ETA, no sé si la facción de los jesuitas, cuadrillica a la que creo es afín el papa Paco, la de los benedictinos o cuál. ¿Para cuándo beatificar, ya puestos, a todos ellos, papa Paco?



martes, 8 de octubre de 2013

¿ES APODÍCTICA ESTA INTERPRETACIÓN? "CHI LO SA!"



El caso es que las del PP no son todas feas, pero malassss... mucho
(ved la del medallón, qué cara de asco envidioso pone a la juez)

     Muchas veces me desvencijo. O me desbarato y desarbolo cuando escribo las ocurrencias cavilatorias (otra palabra nueva, mira por dónde), porque, por ser en no pocas ocasiones complejas de explicar, me salen de considerable magnitud, así que, sin ser mi pretensión, más de un osado que acabe por decidir leerlas, también acaba destartalado y en no pequeño grado.

     Así pues, y por descontado con despacio, en esta ocasión no daré acomodo al enrevesamiento ni seré abigarrado exponiendo lo que, me consta, hay quienes califican como mis devaneos.

     Hay en Sevilla una mujer que es juez y se llama Mercedes Alaya. De ella tengo yo pensado, y no desde hace poco, que algo de amargura arrastra, será por sus formas de desenvolverse, ante las cámaras con ese rictus que parece tanto de desgana como protervo, y en el desempeño de su labor con aparente sevicia. Ignoro, claro es, si acierto. Y, de ser atinada mi impresión o, quizás, intuición, cuál pudiera ser el motivo, la causa, de esa tristeza, vocablo que uso ahora por si la cosa no llega a, como antes he dicho, amargura.

     Tampoco digo que haya que indagar, no sé, algún desengaño amoroso o de otro jaez, como pudiera ser que, manejándose con esa especie de odio-venganza, lo hiciera por alguna carencia o, aún peor, desposesión antigua, que eso igual es a lo que se llama prevaricar, por cierto. Pero ya está, simplemente es otro de mis escurrimientos. No hay que dar más vueltas al asunto. Eso sí, creo que le sería de mucha conveniencia “hacérselo mirar”, como dicen muchos catalanes, que es una expresión que me produce cierto gusto. Y regocijo, cuando se usa en el momento idóneo.

     Por cierto, no voy a hablar de ese tema, me refiero al de la pretensión de Cataluña de dejar de depender de España (no sé si es así la cosa, puede que me confunda). No. Para que veáis.

viernes, 23 de agosto de 2013

REFLEXIÓN ASFÁLTICA VERANIEGA

         

Entradica del Pablo Serrano de Zaragoza


Me gusta a mí el tranvía de Zaragoza.

Lo uso con alguna frecuencia. Me gusta disfrutarlo, así que, mientras en el metro de Madrid llevo en ocasiones algo que leo, en el tranvía de Zaragoza no. No quiero porque el recorrido mayor que suelo hacer es de unas 11 o 12 paradas –desde Parque Goya hasta la Gran Vía- y es muy entretenido mirar. Me encanta ver Zaragoza y ver desenvolverse a los indígenas, tanto los de fuera como los que viajan conmigo. De modo que suelo estar siempre alikindoi; ni siquiera por el periódico desperdicio la oportunidad.

Ayer observé que, a mi alrededor, la mayor parte del personal estaba ocupado con sus móviles. Me refiero a aquellos que estaban solos. Uno de mis entretenimientos siempre ha sido contar. Cuento cosas que veo, no sé, baldosas, pisos, etc. Y me dio, pues me pareció muy llamativo, por contar las personas que estaban absortas con ese aparatejo, no sé si refugiándose en él, parapetándose en él, o qué. Pues bien, descontadas dos parejas, una de ellas con crío incorporado –era una pareja de tres, pues-, es decir, descontadas cinco personas, íbamos solos –solitarios- en el trozo de un vagón que yo más o menos podía abarcar y que circunscribí, para poder contar, a “entre dos puertas”, 12 indígenas. Y de esos 12, nueve -¡nueve, sí!- iban concentrados en sus móviles, algunos oyendo música, sospecho, pues estaban conectados con un cable sus orejas y el aparato en cuestión; otros pasaban los dedos por la pantalla, e, incluso dos, usándolo para lo que prístinamente parecía estar concebido, o sea, para hablar con alguien ausente (tele-fono).

(Esto que cuento llamó mi atención, me hizo gracia y, pues sé que hay detractores acérrimos de esta costumbre, pensé en escribirlo aquí, en el blog. No sé si suscitaré que alguien haya que entre a opinar al respecto. No lo creo, parece que no es práctica habitual.)

No soy proclive a denostar lo que hacen mis semejantes, salvo que hagan algo mal, algo que sea o esté, y de manera palmaria e irrefutable, mal. Lo digo porque las personas que no tenían a mano alguien conocido con quien hablar, como las cinco que formaban parte de las dos parejas que he desechado para mi estudio antropológico sociológico tranviario, pudiera ser que estuvieran estableciendo o consolidando, al menos en su mayoría –si “chateaban” por el “WhatsApp” o el “Line”, por ejemplo, o hablando de manera convencional-, comunicaciones o vínculos, al contrario de lo que muchos otros hablan al respecto, diciendo que con estos usos y costumbres lo que se instaura con facilidad es la incomunicación. Puede que, mientras se desplazaban, unos escucharan música tipo Heavy Metal o de Eric Satie, o una clase de bioquímica, el ciclo de Krebs por ejemplo. Puede que no tengan la curiosidad que tengo yo y, a lo mejor, los otros dos indígenas que, solos, tampoco manejaban algo que les aislara del entorno. O que sean muy tímidos o “lo siguiente”, ultratímidos, de manera que les es de utilidad ese escudo que se ponen para salvaguardarse del resto del mundo que podría agredirles, que es, al fin y al cabo, el mundo más próximo. En fin, que me resultó curioso y aquí hago crónica de eso que ayer observé: ¿que está bien o mal esto de usar los “Smartphones” en lugar de mirar a la calle o alrededor? No me atrevo a decir ni sí ni no.

Ahora bien, en caso, concreto y distinto del que describo, de que, inmersos en un grupo afín, hubiera quienes, sin cesar, estuvieran atentos sólo al artilugio de marras, absortos y abducidos por él, sí. En ese caso dejo de dudar, para afirmar que no me gusta que así sea.

miércoles, 10 de julio de 2013

(MÁS) COSAS DEL CINE



“No saldrá vivo”. Me dejó pensando en ella esa frase cuando la oí en un avance, o antecedente resumido, de una película de Quentin Tarantino, Django Desencadenado. Un avance resumido que se llama tráiler. Supongo que vendrá a querer decir eso, el extranjerismo que acabo de decir: avance resumido. Y fragmentario, por cierto.

Sea como sea, cuando la voz que, en castellano, dice lo que dice ese gran actor DiCaprio en su lengua, dejé de oír, de seguir oyendo, y sólo me sonaba en la cabeza la frase del principio, “no saldrá vivo”. Me decía si realmente en castellano no se podría expresar de otro modo, si no con más sentido, sí con más autenticidad. Porque, me repetía, salir es algo que entraña acción y voluntad, o sea, adredeidad, algo que es imposible si no se está vivo. Por tanto, cambiando un poco para que se me entienda por dónde voy, si dijéramos que “no saldrá muerto” nos damos cuenta de que eso sí es evidente. Y lógico. Y, si ahora quitáramos la partícula negativa, nos daríamos cuenta de que no es verosímil, plausible, posible: “saldrá muerto”... podrán sacarlo, pero salir, per se, es imposible. Por tanto, la incongruencia de la construcción de las tres primeras palabras de este escrito, así dispuestas, creo que es flagrante, palmaria o evidente. Que está servida, la incongruencia digo.

No es que me ponga en contra de incluir terminología extranjera en nuestro modo de comunicarnos. No me hace gracia, por demás, que se haga si no es preciso, o sea, si los términos a incluir sustituyen, que no mejoran, complementan o completan, a los que tenemos. O, lo que es lo mismo, no me importa incorporar términos de cualquier lengua si no los hay entre los que tenemos, si no los hay en la que tenemos. Así es como se van haciendo, de hecho o facto, las lenguas todas. Pero, si los hay, no veo la necesidad de incrustar terminología extranjera, o sea, extraña. Lo digo, como se ve por lo dicho, refiriéndome a vocablos y a frases, giros o modismos de cualquier jaez.

Así pues, y volviendo a aquello por lo que he empezado, para dar a entender lo que se pretende en esta lengua nuestra creo que hay otras maneras que nos son más naturales, que son acordes, que van de la mano de la lógica del castellano. Ya digo, insisto en ello, que no pretendo decir que esté mal dicho, o suene mal, en inglés, pues supongo que, traducido, así será la natural manera de expresarlo.

Empezando por explicar lo que, creo, se pretende decir, acabaré diciendo las maneras que se me han ido ocurriendo en cuanto la frase de marras me ha sacudido las entendederas. Creo yo que el personaje encarnado por Leonardo pretende dar a saber al interlocutor al que se dirige que alguien morirá. En el interior de algún sitio. Es decir, puede que entre vivo, o ya esté en ese lugar. Pero, dentro, se le acabará ese estado, la vida. También, quizá por el tono, por la prosodia –y recuerdo una vez más que sólo fue un avance sintético o resumido y fragmentario- me es dado colegir que el ejecutor iba a ser él, si no lo había sido ya, o sea, el truncador de la vida del que “no saldrá vivo”.

No sé si me dejo algo que explique la situación, o que la pueda explicar. Ni siquiera si es real, dado que no he visto la película e, incluso, ignoro el argumento. Pero puede servir, por ahora, para seguir con mis cosas.

Para que el muerto –el cadáver del que vivía, o aún viva, pero sin futuro a largo o, ni tan siquiera, a medio plazo- cambie de lugar, es decir, deje de estar dentro, habrá de sacarlo alguien, como digo en algún lugar antes, dado que, al estar muerto, no puede salir por sí mismo, está inane y no hay posibilidades de que ese estatus se vea modificado. Ahora bien, muy cinematográfico, o siquiera contundente, no me parece que quedara decir, para cambiar la frase lapidaria con la que empiezo el comentario, por ejemplo: “Tendrás que sacar el cadáver de John”, “Jimi (o Jimmy) sacará el cadáver de John, porque solo no puede salir, pues lo voy a matar –o ha fallecido, el pobre- y, claro, dentro acabará oliendo mucho y mal, compréndeme, Joe”.

Veamos, pues, sin sorna, cómo podría quedar la frase, la comunicación que se pretende, o que pretende el bueno de Leonardo DiCaprio, para que pueda ser suficiente y, además, cinematográfica, es decir, tirando o tendente a lo más chulesca que se pueda. Si se quiere informar a alguien de que John pudiera salvarse si Joe obra de distinta forma de la que parece que intenta, podría decirse: “Si te vas a la mierda sin molestarme, John podrá seguir con su trabajo de vendedor a domicilio de máquinas de coser por ahora, porque yo no seré quien lo mate. O sea que, si no te vas a la mierda ahora mismo, Joe, que parece que hay que explicártelo todo, sucederá lo contrario: mataré a John. Tú eliges.” Si, en cambio, no se dirige a Joe de tú –cosa imposible en inglés, según tengo entendido, pues parece que no existe eso de tutear, dado que no existe el usted- y la amenaza va para él, la frase es más sencilla y contundente: “Caballero, si no se va a la mierda, lo mataré dentro y alguien sacará su maldito cadáver, para que no me deje el pestazo a putrefacción en el interior de mi palacio, de manera que cesarán sus posibilidades de seguir molestándome tanto dentro como fuera de la casa.” Hay muchas posibilidades, tantas como se prefieran, más o menos contundentes y chulescas; como si, por ejemplo, decimos que la señora de Joe es la que morirá dentro (entonces, la frase mala habría sido “no saldrá viva” o “con vida”): “Sindy, tu señora, ha muerto en el establo, así que alguien tendrá que sacar su bonito cadáver, que me va a asustar a Lucero, mi caballo de carreras Pura Sangre.” Puede ser porque la haya matado Leonardo, que es muy capaz él, o algún otro, que con Tarantino no se sabe y cualquier cosa cabe. En todo caso, quien haya traducido esa frase al castellano, para mí ha estropeado la película. Aunque se pueda soportar, que ya lo supongo, la ha estropeado, ha bajado la nota calificatoria: hay tanto profesional de bajo calado, al menos en los últimos tiempos… 

martes, 25 de junio de 2013

(ALGUNAS) COSAS DEL CINE



Anoche vi en la tele una película que me gustó: “El asesino dentro del círculo”. No voy a entrar a explicar por qué, salvo que observé un muy buen trabajo en todos los órdenes del arte de la cinematografía, porque no es por eso por lo que me han entrado las ganas de hablar acerca de esa sesión; ni a desmenuzar su argumento, por otra parte, fácil de conseguir pues habla de hechos reales, por lo mismo de antes, es decir, porque no es por eso por lo que quiero escribir.

Es por algo que no es la primera vez que observo en diversos momentos y lugares y que, no por repetido, me parece justificable. Aludo a la seriedad. Sí, a la seriedad, y me explico. El psicólogo forense, personaje encarnado por el gran actor Carlos Hipólito, cuando se pone a hablar acerca de cómo se han cometido algunos de los crímenes, dice que “de forma manual o antebranquial”. Y, claro, eso chirría. Para que todos entiendan qué quiero decir, explico que lo relativo al antebrazo es llamado “antebraquial”, pues braquial alude a brazo. Sin embargo, la palabra, pronunciada magistralmente por el mencionado actor, alude a algo que esté situado delante de las branquias, parte que no corresponde a lugar alguno de la anatomía humana. Y me molestó más, supongo, por cuanto me había parecido hasta entonces que la factura de la obra había sido, entre otras cosas, impecable, seria, rigurosa. Y me extraña tanto ese desliz, que se me ocurre decirlo aquí, aunque no sea un sitio que visite mucho personal.

Lo más probable es que no se le dé mucha importancia al fallo, de hecho, aunque seguro que no soy el primero que lo vio y dice, ahí sigue –seguramente sea difícil de subsanar- y la película es, según he visto, de hace ya tres años.

No obstante, quiero repetir, y aun recalcar, que, a pesar de ello, a pesar de este asunto, me gustó.



martes, 21 de mayo de 2013

FERIA DEL LIBRO DE TAUSTE 2013 (y II)


 Hubo mucha gente atenta, pero poca como ellas

El colofón lo pusimos con un último apartado que no era otra cosa distinta, no era otra cosa más; en realidad lo veíamos como un compendio de lo expuesto hasta entonces. Y arrancaba –y seguía después- como sigue:

Parece definitivamente demostrado que el hombre aprecia, en primer lugar, su existencia. También parece que está demostrado que, siendo consciente de su finitud, es decir, de que esa existencia que tanto valora no es eterna, y de que nada puede hacer para remediarlo, a lo más que puede aspirar, la única manera que tiene de perpetuarse –digámoslo entre comillas- es a tratar de preservar la supervivencia de la especie, de su especie.

Una forma de realizarlo es procreando, teniendo hijos. Así se asegura de la transmisión de sus genes. Pero también ha tenido presente, ancestralmente por un lado, es decir, desde siempre; y universalmente por otro, o sea, lo han hecho todas las culturas, que la forma de supervivencia universal, la trascendencia, es la transmisión del conocimiento. Del propio y del de los demás. De hecho, aún hoy hay lugares en los que la manera de transmitir ese conocimiento es la oral.

Y cuando se pudo plasmar el saber en algún tipo de soporte más duradero que las propias palabras y los propios recuerdos y las propias vidas, cuando nacieron los libros, en sus formas diversas, nacieron las bibliotecas.

El hombre, ya lo hemos dicho antes, pretende trascender a su propia existencia, así que ha puesto afán en hacer llegar su conocimiento, su memoria, y lo ha hecho de las maneras que su ingenio le han proporcionado.

Hemos dado un paseo por algunos ejemplos de bibliotecas que nos pueden proporcionar muchos placeres por su presencia de exquisita estética, sus formas artísticas en las concepciones arquitectónicas, escultóricas, etc. Pero lo importante son los libros y su lectura sólo precisa de voluntad, y el hombre se ha esmerado en hacer llegar la cultura que atesoran los libros a todos los lugares, a todos los lectores. Una forma ha sido lo que hemos dado en llamar Bibliotecas Móviles.

Se ve el empeño que el ser humano, a pesar de otros, ha puesto por transmitir, como esa mañana había dicho el pregonero de la Feria, José Luis Corral, la cultura a sus congéneres, a pesar de cualquier inconveniente y haciéndolo de la manera más atractiva e ingeniosa.


Aparecían imágenes de los llamados bibliobuses; de motocarros con libros a cuestas; de burros, tirando de carros-biblioteca o acarreando, directamente en sus lomos, unas alforjas diseñadas ad hoc, repletas de libros. Y después, en la imagen que figura sobre este párrafo, se hace hincapié en que es un tanque, aunque sólo se intuya por el cañón, que no sólo está pletórico de libros, sino que, además, muestra una leyenda en un costado que dice: ARMA DE CONSTRUCCIÓN MASIVA.

Hay quien va diciendo por ahí: “No es la biblioteca un mero almacén de libros sino aquel remanso donde se custodia con celo y con mimo todo el saber humano”. Como es una opinión nuestra, la referimos y ponemos aquí, sin más.

Y acabamos la cosa con la foto que vemos debajo, esa viñeta que creó el genial QUINO, en la que Felipe dice a Mafalda la evidencia que ni transcribo.


sábado, 18 de mayo de 2013

FERIA DEL LIBRO DE TAUSTE 2013 (I)




Una de las presentaciones de libros

 Aquí, en Tauste, empezamos la primavera con rasmia: por lo general, se inaugura con la Semana Santa. Luego suelen venir las fiestas; después, el día 1 de mayo, celebramos la Feria del Libro y, finalmente, el día 8, San Miguel. Por así decirlo, nuestro inicio de la primavera es jacarandoso.

Voy a lo que voy, a la Feria del Libro. Pero, para no agotar al personal, voy a dividir esta especie de crónica en dos partes. Es fácil deducir que ésta es la primera, claro.

El pregonero fue José Luis Corral Lafuente, que es el presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores. Ya se ha comentado acerca de su discurso en otros lugares, así que sigo yendo al grano que voy. Quise decirle en vivo algunas cosas, por esa cualidad del cargo de la mencionada Asociación, pero me lo impidieron mis múltiples actividades a lo largo del día y lo muy solicitado que estuvo él. Al no poder hacerlo de viva voz, lo diré aquí, en mi blog, que espero que lea. Ambas dicen decepción, como título: me ha decepcionado que no se haya hecho una mera reseña en la página web de su Asociación al Concurso de Cuentos Valentina Ventura, en el que, sin embargo, quienes lo organizan, ponen en lugar destacado que esa Asociación que él preside colabora como jurado. Espero que no sea por creerse superiores en algún grado, o por algún motivo, quienes pertenecen a dicha Asociación, respecto a los lugareños taustanos que convocan dicho certamen de cuentos. La otra cosa que me decepcionó fue ver, en su web, “Asociación” sin tilde en esa oxítona palabra. Espero que subsanen dicho error. Yo, ni citando oso ponerla como está, hoy, 18 de mayo, en la red expuesta.

 Aspecto tempranero de una zona de la feria

Y, fundamentalmente, esta entrada la hago para reseñar algo que apenas se ha mencionado en algunas de las crónicas y que no quiero que se quede arrumbado. Es un asunto en el que colaboró bastante personal y varios y variopintos colectivos. Me refiero a un acto en el que se pretendió rendir homenaje a las bibliotecas y en el que colaboraron ADISLAF Tauste –Asociación de disminuidos psíquicos Las Fuentes-, alumnos del IES Río Arba, alumnado de la Casa de Cultura de Tauste (Taller de Lectura y Español para Extranjeros) y diversos Voluntarios Culturales. La intención era mostrar un trabajo, bastante completito, a base de una presentación con diapositivas, que acompañaran a un texto, con música de fondo. Se pergeñó y exhibió como mejor se pudo.

La cosa se basó en hacer un recorrido, dando definiciones e historia de las bibliotecas, incidiendo en aquellas que han sido emblemáticas, como las de Asiria, Alejandría, Grecia y Roma, las medievales. Finalmente, se centró, por diversos motivos, en las Bibliotecas de Nueva York; en la de Sarajevo, de la que habló Yasminka -una chica Bosnia- y gracias a quien pudimos recordar la torpeza del humano, porque los serbios la destruyeron sin justificación estratégica o necesidad de algún tipo; la de Noruega –leída por Ingum, paisana de allí-, de la que nos sorprendió saber que se hubo horadado una montaña al lado mismo del Círculo Polar Ártico para poder preservar en condiciones óptimas de conservación los originales del Depósito Legal; la de Rumanía, de la que nos habló Adriana, rumana ella, merced a cuya información averiguamos que la construcción de la nueva biblioteca nacional rumana fue paralizada a la caída de Ceaucescu; la de Marruecos, que nos fue introducida por Ikran, marroquí de Nador, quien nos dio a conocer algo acerca de Chukri o Mernissi, dos escritores de aquella tierra cuyas obras son dignas de encomio; la Biblioteca Nacional de España; la Biblioteca de Tauste, de cuya inauguración tuvimos ocasión de informarnos con el deleite que nos proporcionó la lectura de una crónica escrita con esmero y encanto en 1873.

 Para la reivindicación también hubo lugar

Finalmente, el a modo de remate, aparecerá después, en la segunda entrega, que no tardará en salir, y así se da respiro al lector.

lunes, 25 de febrero de 2013

MESACHES


     
Voy a hacer una reseña, voy a contar algo que pasó el día 22 de febrero, el viernes pasado, en la Casa de la Cámara de aquí, de mi pueblo. De Tauste. No sé si a esto se le va a poder llamar crónica. La crónica de la presentación del último libro de Chusé Inazio Nabarro. Se titula Mesaches.

En realidad esto es pensar en voz alta, pues es como mi altavoz esto, el blog.

El acontecimiento es algo siempre esperado. Y me fa goyo cada vez que tengo la oportunidad de leer algo de Chusé Inazio. Me entusiasmo en cuanto me entero de que ha publicado algo -de éste ya tuve noticia cuando lo estaba gestando, y me habló de que iba a presentarlo al “VII Premio de nobela curta Ziudá de Balbastro”, que ganó-. Ha ganado tantos premios el cuarto de ese mismo certamen también lo ganó. Se titula, la obra con la que lo hizo, “Reloch de pocha”. Y tiene ediciones en ruso y en castellano.

En esa presentación, hecha por Pilar Fresco, que es la directora de la Casa de Cultura, y ducha en esas tareas como ella sola; por Chusé Mª  G. Aragüés, editor del libro presentado, de la editorial Gara d’Edizions y presidente de AESTRELA (Asociación d’Estudios y Treballos d’a Luenga Aragonesa) y por el propio autor, disfruté. En esta ocasión se estaba a gustico y estábamos cerca unos de otros. Se le entendió perfectamente, sin micro incluso. Habló quedo, pausado. Con despacio y sin desmayo. Nos contó lo que quiso y nos lo contó bien.

Aún hubo, después de hablar él, preguntas y comentarios que se hubieron suscitado en la charla. Y que con gusto y con agrado nos aclaró. Dijo, entre otras cosas, cuando acababa de contestar a alguien, y para rematar esa concreta intervención, algo así como que ese libro era más lingüístico que literario y lo era porque así lo había querido, por reivindicar el aragonés. Sin leerlo y sin embargo, ya empiezo a contradecirle: él es verdad que reivindica esa lengua -ixa luenga minorenca-, desde hace ni se sabe. Es verdad. Que es lingüista de profesión y de devoción. Pero también es un literato, un poeta y un narrador, de una categoría alta, de mucho nivel.

Así pues, aunque no es tiempo lo que me sobra en este inte, ya he empezado a leerme el MESACHES y espero que no tarde mucho en escribirle diciéndole algo, cuando lo acabe, como le adelanté que haría. 

martes, 12 de febrero de 2013

MI ESPÍRITU, EL 12 DE FEBRERO


Creo yo que la pobreza es injusta. Que es injusto que haya pobres; y no digamos de esos pobres que no tienen qué comer, de los que se mueren de hambre, vaya. Hace muy pocos días leí que el merdellón e imbécil Iñaki Urdangarín decía, si pagaba la fianza impuesta, por ladrón digamos, que se iba a ver en una tesitura o situación de “empobrecimiento injusto”. ¡Qué atontao e indecente! Ya digo que concibo que toda, cualquier pobreza, es un sinónimo de injusticia. Pero que este mierda diga que se va a empobrecer me pone de los nervios y me veo abocado a tricotar –me relaja a mí eso, no lo había dicho-.

De esto hace unos días, pocos. Ayer, día 11, la podredumbre descubierta ya le va llegando a Arturo Fernández, uno que farda de ser el más honrado del mundo mundial y concursa para proporcionar los servicios en organismos públicos. O sea, que se vaya sabiendo, los de la trama Gürtel, Bárcenas, Correa, Sepúlveda y Ana Mato… Díaz Ferrán, el mencionado Arturo Fernández, Ignacio González con su vivienda en Marbella, Urdangarín el besugo, y, a qué seguir, un etcétera inmenso y concurridísimo. Todo esto, o todos éstos, mejor dicho, tienen un común denominador, que es lo que hoy llamamos dinero negro, o B, o caja B. ¿Esto no es, en fin, Fraude Fiscal, del que se hablaba no hace mucho y que, Gaspar Llamazares entre otros, denunció que era el real mal de la economía de nuestro país, el causante de la crisis, incluso la crisis misma? Tampoco hace tanto que yo, basándome en esos datos, propugnaba que se acrecentara la nómina de funcionarios, de inspectores que controlaran ese asunto, el del fraude fiscal. Ahora Brey, el “preshi”, por lo visto, a los inspectores de policía que investigaron las cuentas de Bárcenas los ha destituido. Hay que decir, ante todo esto –y, por supuesto, ante lo que es más, que es lo que aún está escondido- que qué mierda, que porquería de mundo.

Sin embargo, siendo todo ello abominable, aún me fastidia más ir oyendo a algunos de los sufrientes de tales desmanes que ellos también quieren esos sobres… o sea, que reprueban a los delincuentes a la vez que los envidian. Eso, eso me parece lo peor, porque significa que esto no tiene fin, si todos queremos lo malo, si sólo denostamos por no poder hacerlo. Espero que seamos mayoría los que preferimos que todos tengamos lo suficiente, y no ansias por poseer con desmesura, aun a costa de que el personal se muera por no tener ni lo imprescindible.


He ahí a los dos Migueles. Posaban para mí,
pero fui incapaz de sacar una foto mejor que
ésta, que es la que publicó El Patiaz en Facebook,
así pues, reconozco vuestra autoría.

Di que no acabó el día mal: nombraron Socio de Honor los de “El Patiaz” a Miguel Salas Lagranja. Eso fue muy agradable y emotivo. Y ahí se ven ambos dos “Gatos”. Fue emotivo aquello, me encanta a mí ese hombre. Y fue emotivo ver a Mr. RoscowRooms, el ocurrente maestro del escepticismo y de la irreverencia, del cinismo y hasta de la desvergüenza, el duro y descarado insolente, emocionarse porque justamente se homenajeaba a su padre. Fue precioso verlo fardar, presumir de padre. Que no es que no lo haya hecho, tácita o explícitamente, en declaraciones escritas en alguna que otra ocasión, pero ayer era para verlo, era para verlos a los dos. Menos mal que se me arregló el día.