DIGNIDAD

lunes, 9 de febrero de 2009

Nuestras relaciones con el Vaticano.



He leído el artículo de Público acerca de la visita de Bertone y, para no variar, me vuelvo a mosquear con las relaciones que tiene el Estado español con el Vaticano. Si han de hablar como estadistas, unos y otros, mucho de lo que habla el señor ése, como siempre en estos casos, me parecen ingerencias en los asuntos de España por parte de un representante de otro estado.

Hablar de ideologías o, mejor, creencias, no me parece que sean conversaciones que hayan de mantener como altos representantes de diferentes estados, en lo que atañe a la esfera de lo público, que diferente me parece que hablen de las suyas cada uno de ellos en plan privado. Como si quieren contarse con quién se acuestan o qué dentífrico usan. Pero que, como cuestión de estado, el námber chu de un estado diga al representante de otro que reivindica y reclama cómo ha de gobernar y legislar éste... joder, con la Iglesia de las narices.

Los musulmanes no tienen un estado. Si vinieran los israelíes a negociar con Zapatero -o cualquiera de ellos- acerca de la aplicación de la Torá –por ejemplo, la obligatoriedad de la circuncisión-, ¿qué?

O, qué sé yo, que la Kirchner reivindique y reclame el mate o el tango.

En fin, que ya puestos, podrían hacerse los plenos del Ayuntamiento de Tauste en Santa María. Incluso podría celebrarse uno extraordinario, qué sé yo, de primavera, el día 21 de abril, con los danzantes... en el momento de la homilía, por ejemplo. Eso me parece una chorrada... pero tan chorras, tan incongruente como lo dicho en los primeros párrafos.

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